Las galletas Braune Kuchen, son una especialidad de la ciudad de Hamburgo donde se consumen sobretodo en Navidad. Se realizan con una masa de harina endulzada con sirope de remolacha. El sabor de las mismas dependen en gran medida de las especias empleadas pero especialmente del sirope, por lo que es un ingrediente insustituible. Se puede adquirir en tiendas ecológicas o bien en herbolarios pero también se puede hacer en casa si se dispone de remolacha azucarera.
El sirope de remolacha tiene un sabor que recuerda ligeramente a la miel pero es menos viscoso. De hecho gran parte del azúcar que consumimos no procede de la caña de azúcar, sino que es extraído y refinado de la remolacha azucarera.
Las braune kuchen aguantan muy bien durante semanas si se las guarda en una caja metálica, así que si las hacéis a principios de Diciembre aguantarán perfectamente hasta la Navidad.
INGREDIENTES
- 500 gramos de harina de trigo
- 350 gramos de sirope de remolacha
- 100 gramos de mantequilla sin sal
- 50 gramos de manteca de cerdo
- 50 gramos de harina de almendras
- 10 gramos de azúcar vainillada
- 2 cucharaditas de bicarbonato sódico
- La ralladura de la piel de 2 naranjas
- La ralladura de la piel de 2 limones
- 1 pellizco de sal
- 1 pellizco de clavo de olor molido
En primer lugar en un bol mezclamos todos los ingredientes secos.
Antes de integrar el sirope de remolacha es conveniente calentarlo un poco sumergiendo el tarro que lo contiene en agua caliente o bien a baja potencia (descongelación) en el microondas. Con esto se volverá más líquido.
Una vez hemos realizado esta operación con el sirope procedemos a integrarlo muy poco a poco en la mezcla que hemos hecho al principio. Primero usando una cucharada de madera y luego amasando con las manos hasta que queda un masa homogénea.
Tapamos con un paño o un film y la dejamos reposar en el frigorífico toda la noche. Al día siguiente extraemos la masa del frigorífico y con un rodillo la aplanamos hasta conseguir una lámina fina, de unos 5 mm de grosor o incluso menos.
Con un molde para hacer galletas - en Alemania se emplean unas con motivos navideños como abetos, estrellas etc - vamos cortando las formas y colocándola sobre un papel de hornear.
Precalentamos el horno a 180 grados y horneamos durante unos 6-7 minutos (hasta que los bordes empiezan a oscurecer). No dejéis de vigilarlas porque ya sabéis que cada horno es un mundo y estas galletas se queman con mucha facilidad. No suben demasiado, así que no esperéis que se inflen o aumenten demasiado de tamaño.
Se extraen del horno y dejan enfriar completamente antes de retirarlas de la bandeja. Será entonces cuando queden con la dureza típica de las galletas.
Se guardan en un tarro metálico o de cristal que impida al máximo la entrada de aire y a degustarlas, son una delicia.
Hacer sirope de remochala
Si queréis hacer el sirope por vuestra cuenta, porque os apetece o no encontráis uno envasado, deberéis disponer de al menos 1 Kg de remolacha azucarera. La limpiamos bien y rallamos en una cazuela. Incorporamos dos cucharadas de azúcar integral (panela) y con la tapadera puesta, a fuego mínimo, dejamos hacer hasta que exuda la melaza. El sirope resultante lo colamos pudiéndose usar tanto para esta receta como endulzante natural de cualquier otra receta, incluso del café o el té.