¿A quién no le gustan las peladillas? Antiguamente constituían el pequeño obsequio que se daba a los invitados de los bautizos, sobretodo a los más pequeños, aunque supongo que por manías con el azúcar fueron cayendo en el olvido. Por fortuna poco a poco se van recuperando y de nuevo se entregan a los niños durante las fiestas navideñas, al igual que las garrapiñadas que parecían condenadas a las ferias y otras apariciones menores.
La verdad es que ambos dulces enriquecen las almendras y el "peligro" del azúcar no se arregla dejándolo de tomar, si no hacerlo con la mesura adecuada.
Las peladillas son originales de Alicante, como el turrón, pero están presentes que yo sepa tanto en Francia como en Italia.
Peladillas
Las peladillas son pequeños dulces elaborados con almendras que se recubren con una capa dura de azúcar. Explicada de una manera técnica, son almendras confitadas.
Esta es una receta básica para prepararlas. Puede que no os salgan tan perfectas como las que preparan los confiteros, pero saber, sabrán igual.
INGREDIENTES:
- 1 vaso lleno de almendras crudas (sin piel)
- 1 vaso de azúcar
- 1/2 vaso de agua
- 1/2 cucharadita de esencia de vainilla (opcional)
En una cacerola ponemos a hervir agua. Cuando esto ocurre, agregamos las almendras crudas y las hervimos entre 1 y 2 minutos.
Transcurrido el tiempo las escurrimos y pasamos por agua fría del grifo. De esta manera la piel que las recubre saldrá con suma facilidad.
A continuación calentamos el medio vaso de agua y el vaso de azúcar, a fuego medio, hasta que se disuelva por completo. Llevamos a ebullición.
Una vez que la mezcla de azúcar comienza a hervir, bajamos el fuego a medio-bajo.
Agregamos las almendras peladas a la mezcla de azúcar y revolvemos bien.
Continúamos cocinando las almendras a fuego medio-bajo, revolviendo ocasionalmente para que las almendras se cubran uniformemente con el azúcar.
Notaréis que el azúcar cristaliza y se adhiere a las almendras.
Una vez que las almendras estén bien cubiertas y el azúcar ha alcanzado una consistencia espesa, retiramos la sartén del fuego.
Con la ayuda de una espumadera, transferimos las almendras recubiertas a una bandeja para hornear forrada con papel pergamino y las separamos con cuidado antes de que el azúcar se enfríe por completo. Así evitaremos que se adhieran entre sí.
Dejamos que las peladillas se enfríen por completo antes de almacenarlas en un recipiente hermético. Aguantan mucho tiempo, así que las podréis disfrutar durante mucho tiempo.
Si queréis darle un sabor especial, añadid la esencia de vainilla o cualquier otra que os apetezca.
Almendras garrapiñadas
A diferencia de las peladillas - que se consumen como un caramelo, chupándolas hasta que desvela el corazón de almendra y por tanto son un confite - las garrapiñadas se realizan también con almendras crudas pero provocando que el azúcar se adhiera a su superficie. Es, básicamente, cubrirlas con una capa crujiente de azúcar mientras que las peladillas se confitan con el azúcar.
Así como las peladillas españolas tienen su origen en Alicante, las garrapiñadas son originales, si no me equivoco, de Alcalá de Henares, aunque no hay consenso al respecto ya que otros les asignan un origen burgalés o zamorano.
INGREDIENTES :
- Un vaso de 200 ml (el normal para beber agua) lleno de almendras crudas peladas
- Un vaso de azúcar (el mismo tamaño del empleado para medir las almendras)
- Un vaso de agua, igual que los anteriores
Con las garrapiñadas se pueden hacer muchas cosas : comerlas tal cual, emplearlas para poner un topping delicioso al cacao con nata o al yogur, incluso como relleno de dulces.