Baba de Camello


Hay nombres que francamente parecen ir en contra de la misma receta que titulan. Encontramos el Atascaburras o el Kaiserschmarrn ("la basura del emperador"), precioso calificativo adjudicado por la mismísima emperatriz Sissí a un plato que fue servido a su marido (menudo aspecto que tendría) y cómo no la "Baba de Camelo" portuguesa.

Inventado por casualidad por un ama de casa portuguesa de nombre Valentina a mediados del siglo pasado, no se sabe de dónde le vino la inspiración para nombrarlo. Algunos dicen que por la consistencia de la crema, parecida a la baba que suele colgar de la comisura de los labios de dichos camélidos (precioso también). 

Lo cierto es que se ha vuelto un postre muy popular en nuestro país vecino y en Brasil, aunque en este último se hace de manera diferente. 

Se trata de una mouse realizada con leche condensada a la que se añaden las yemas de huevo. En la receta original se emplea huevo aunque lo recomendado es emplear yemas y claras pasteurizadas para evitar sustos con la salmonela.

Encontrar claras pasteurizadas es muy fácil - las hay en todos los supermercados - pero más difícil es hallar yemas del mismo tipo. Por esa razón he modificado la receta de manera que las yemas se cocinan lo justo para evitar problemas de intoxicación.

INGREDIENTES (4 personas) :

  • 1 pote metálico de leche condensada La lechera o similar, de 370 gramos, nuevo (sin abrir)
  • 4 huevos
  • 100 gramos de almendras laminadas o trituradas (opcional)
  • 1 limón
  • Sal

En primer lugar vamos a meter el pote metálico de la leche condensada (que debe ser nuevo, sin abrir) en una olla con agua hasta cubrirlo. Llevamos el agua a hervor y dejamos alrededor de 2 horas y media. 

Si baja el agua por evaporación la vamos reponiendo. Cuando abráis el pote la leche condensada se habrá convertido en dulce de leche. Si ya disponéis de dulce de leche, saltad este paso. ¿Y si tengo leche condensada pero en un envase no metálico? Lo debéis pasar a una cazuela metálica pequeña que podáis cubrir y la calentáis al baño María durante al menos 3 horas. 

Antes de que finalice el tiempo separáis las claras de las yemas batiendo las segundas.

En cuanto abráis el pote vaciáis el contenido en un bol (cuidado porque estará muy caliente). Tendrá un color marrón típico de la caramelización del azúcar.

En ese mismo instante se vierten las yemas batidas y se mezcla todo con unas varillas o una batidora, hasta que quede bien integrado. Reservamos.

Inmediatamente montamos las claras con un pellizco de sal y unas gotas de limón, hasta que al dar la vuelta al bol donde lo hagamos las claras no caigan.

Integramos las claras en la mezcla de huevos y dulce de leche con cuidado que no se pierda el aire de las mismas.

Llevamos a cada bol de los comensales y directo a la nevera. En unas 2 horas listo para comer.

Antes de servir si se quiere se espolvorea un poco de almendras fileteadas o trituradas. Casi siempre se sirve en una copa como la que se emplea para los helados.

Por cierto, si se llamara "Mala Baba de Camello" tampoco estaría mal adjudicado el nombre. Los camellos, a pesar del aspecto desdeñoso pero calmado que presentan, tienen muy mal genio. Cuando se enfadan con una persona vuelven la cabeza y pegan terribles mordiscos que causan terribles desgarros. En Arabia Saudita no es infrecuente que los cuidadores de los mismos sufran amputaciones en los brazos o heridas que los discapacitan de por vida.