Esta es una salsa muy simple que sin embargo da mucho juego en la cocina. Con ella se puede dotar a la pasta de una salsa original, salsear el pescado o incluso verduras y carne. Es un multiusos.
El tomate cherry procede de América pero tal y como lo conocemos en la actualidad fue convertido en un producto hortofrutícula de primera magnitud en Israel. En dicho país se han realizado grandes innovaciones como el riego por goteo que ha permitido cultivar extensas áreas desérticas que luego han podido ser aplicadas en el resto del Mundo.
INGREDIENTES
- 200 gramos de tomates cherry
- 1 diente de ajo
- Perejil picado (2 cucharadas)
- Orégano o hierbas provenzales picadas (2 cucharadas)
- Pimienta negra molida
- Sal
- Aceite virgen extra de oliva (no se puede emplear ningún otro tipo)
En primer lugar partimos los tomates cherry frescos por la mitad, depositándolos en un bol. Vertemos el diente de ajo sin el germen verde bien picado, el perejil y las hierbas, además de sal.
Rebozamos bien los tomates.
En una sartén vertemos un chorro generoso de aceite de oliva virgen extra. Con cuidado vamos colocando las mitades de tomate cara abajo, es decir, de manera que la pulpa toque el aceite. Espolvoreamos por encima las hierbas que queden en bol y damos dos vueltas al molinillo de pimienta.
Ponemos a fuego medio bajo. Los tomates ya no se tocan ni se les da la vuelta.
Dejamos hacer hasta que el aceite empieza a tornarse de color rojo y los tomates se ponen blandos.
Se vierten de inmediato sobre la pasta, verduras, pescado o carne, procurando que también se utilice el aceite (que además de extra sabe a gloria). Casan bien con todo, por muy aburrido que sea lo que se encuentre debajo de esta salsa. ¡Ah! y preparad pan para mojar.