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Ensalada Amor


Esta receta me la ha cedido Ayshe Molina quien a su vez se ha basado en una ensalada que hasta no hace mucho estaba disponible en la cadena de restaurantes Viena. 

La he titulado de esta manera porque si vas a preparar una comida a alguien que quieres por San Valentín, no hay nada mejor que darle algo saludable y a la vez sabroso. Mucho mejor, dónde va a parar, que un pastel con forma de corazón cargado con medio kilo de mantequilla, por mucha forma de corazón que tenga.

INGREDIENTES (4 personas) 

  • 200 gramos de garbanzos cocidos
  • 1 remolacha pequeña*
  • 200 gramos de tirabeques
  • 200 gramos de judía verde redonda
  • 200 gramos de edamame (se compra siempre congelado)
  • 200 gramos de col violeta
  • 70 gramos de quinoa
  • 50 gramos de anacardos fritos
  • 8 ramas de kale
  • 1 limón
  • 8 cucharadas de aceite virgen extra de oliva
  • 1 cucharada de vinagre de vino
  • 1 cucharada de miel
  • 1 cucharada de mostaza fuerte (tipo francesa)
  • 1 cucharada de perejil picado
  • Sal
* Podéis emplear remolacha fresca o bien remolacha en vinagre, según la disponibilidad que tengáis, aunque preferiblemente la primera.

En primer lugar coceremos las verduras y la quinoa que deban ser cocidas, las mezclaremos con el resto de ingredientes que se consumen frescos para luego añadir hummus de remolacha y finalmente sazonaremos con una vinagreta de miel.

Edamame :

Colocamos al fuego una olla con al menos 2 litros de agua y llevamos a ebullición. Cuando el agua hierve a borbotones, no antes, los vertemos en la misma y dejamos hacer con fuego fuerte durante 4 minutos. Una vez ha transcurrido el tiempo los sacamos y llevamos a un bol con agua fría casi helada. Reservamos.

Tirabeques :

Se cuecen exactamente igual que el edamame, por lo cual podemos aprovechar el mismo agua donde hemos hervido estos. Simplemente cuando retiramos el edamame añadimos los tirabeques y dejamos unos 4 minutos para luego llevarlos a agua fría casi helada. Deben quedar tiernos pero crujientes. Al dente, por emplear un símil que se emplea con la pasta. Reservamos.

Judía verde redonda :

Exactamente igual que hemos operado con edamame y tirabeques, aunque en este caso cociendo durante 5 ó 6 minutos. Agua fría y  reservar.

Kale :

Si tenéis suerte y encontráis ramas tiernas de kale perfecto porque no requieren cocción. Pero si son demasiado duras las podéis cocer en el mismo agua empleado con anterioridad hasta que se ablandan (alrededor de 7 minutos). Recordad que las verduras están hechas cuando se ablandan pero aún son crujientes. Demasiado blandas pierden todas sus propiedades.

Quinoa :

Lavamos la quinoa en abundante agua corriente del grifo colocándola en un colador. Una vez hemos eliminado la saponina que le da un sabor amargo la cocemos en el mismo agua empleada anteriormente durante 15 minutos. Como ya no vamos a necesitar más agua hirviendo, la volcamos de nuevo sobre el colador y recogemos la quinoa ya cocida. Dejamos enfríar y reservamos.

Para hacer el hummus de remolacha :

En el vaso de la batidora vertemos los garbanzos cocidos, la remolacha pelada y cortadas en rodajas así como el zumo de medio limón y cuatro cucharadas de aceite además de una cucharadita de sal. Batimos hasta que queda sin grumos y suave.

Si utilizamos remolacha en vinagre, operamos igual escurriendo al máximo la salmuera avinagrada y ya no añadimos el zumo de limón porque entonces quedaría demasiado ácido.

Vinagreta de miel y mostaza :

En un bol mezclamos 4  cucharadas de aceite virgen extra de oliva, 1 cucharada de vinagre de vino, 1 cucharada de miel (mejor ablandarla ligeramente en el microondas) y otra de mostaza fuerte. Mezclamos bien y reservamos.

Ya podemos montar la ensalada :

En cada plato colocamos de base las ramas de kale. Luego la quinoa, los tirabeques y el edamade, así como la judía redonda.

Con una mandolina o un cuchillo afilado hacemos tiras finas de la col violeta y la colocamos encima.

Sazonamos todo con la vinagreta de miel.

Vertemos unas cucharadas de hummus de remolacha. Espolvoreamos por encima algunos anacardos fritos y perejil picado.

Listo para comer. Una pasada, ¿verdad? Pues además de bueno, sanísimo.