Strammer max, la tostada alemana energética


El nombre procede del dialecto sajón y vendría a resaltar la 'potencia' que se adquiere al consumir esta receta, más para recuperarse de los excesos de la noche anterior que para afrontar la inminente jornada laboral.

Aunque es un plato muy popular en Berlín, lo cierto es su origen, refrendado por el nombre sajón, es probablemente Westfalia, una entidad político-histórica que ya no existe como tal, repartida entre los estados federales de Renania y Baja Sajonia. 

Se trata de una receta muy sencilla que se resume en una rebanada de pan negro - generalmente centeno - que se tuesta y cubre con mantequilla cuando está caliente. Sobre la capa de mantequilla se dispone una loncha gruesa de jamón para coronar finalmente el conjunto con un huevo frito. 

Existen muchas variaciones del Strammer Max, desde aquellas que sustituyen el jamón por un filete de carne, otras que añaden rodajas de tomate, dos huevos en lugar de uno etc, etc. La receta que sigue es la "clásica". 

INGREDIENTES (1 ración) :      

  • 1 rebanada de pan negro (centeno) o bien de pan  redondo blanco 
  • 1 loncha gruesa de jamón (2 o incluso 3 si ya lo tenéis loncheado)* 
  • 1 huevo
  • Cebollinos para decorar (opcional) 
  • Mantequilla 

* El jamón que se emplea en Alemania suele ser el de la Selva Negra, denominado Schwarzwald Schinken (Schwarzwald significa Selva Negra, una zona boscosa de Baden fronteriza con Francia y Schinken es jamón). El jamón de la Selva Negra se cura con sal - igual que el español - para luego ahumarlo, lo que le da un sabor muy especial. Para esta receta, si no se dispone del jamón Selva Negra se puede emplear uno serrano o incluso ibérico aunque conviene advertir que el producto español no posee dicho sabor ahumado. 

En primer lugar tostamos el pan y sobre el mismo, aún caliente, extendemos una capa fina de mantequilla. 

Colocamos sobre la mantequilla una loncha de jamón gruesa (al menos 3 mm de grosor) pero si ya disponemos de lonchas finas, simplemente apilamos varias. 

Freímos el huevo en aceite de girasol o en mantequilla (que es realmente como lo fríen los alemanes, no con aceite). 

Se coloca el huevo frito sobre el jamón, se espolvorea un poco de sal y si se quiere de cebollino picado y listo para comer. 

Una de esas recetas simples que te apañan una cena por si solas o constituyen un entrante de lo más apetecible, incluso un principal si iniciamos la comida con verdura, ensalada o sopa.  Y para desayunar es  perfecta.