El Oyakodón es un plato rápido y muy popular de la cocina japonesa, el típico que te sirven en puestos callejeros o el que preparas cuando tienes muchas prisa.
Se realiza con pollo, huevo y arroz cocido. El nombre vienen a significar Padre e Hijo (親子丼). El caracter japonés 親 significa padre y 子 es hijo, haciendo referencia a que te comes al padre (el pollo) y a su hijo nonato (el huevo). La pronunciación es o-ya-kodón, así que ahora ya sabéis leer una carta japonesa donde aparezca el plato así como solicitarlo.
A partir de aquí hay dos maneras de cocinarlo : siguiendo a pies juntillas la receta nipona o bien un sucedáneo con ingredientes más fáciles de encontrar. Os daré las dos.
Por cierto, los japoneses no comían demasiado pollo ni huevos hasta que un mandamás les dijo que lo hicieran porque le parecía poca proteína la que recibían de una dieta casi exclusiva de pescado y arroz, así que no busquéis el Oyakodón o el Omurice en recetarios antiguos japoneses porque directamente no existían.
Lo de "comer por mandato" no es exclusivo del disciplinado pueblo japonés. En el siglo XVIII Federico II de Prusia mandó a la población que comiera patatas para dejar de pasar hambre, lo cual debió ser traumático porque hasta ese momento los campesinos las empleaban para alimentar el ganado. Imaginad que os dijeran que a partir de mañana a comer pienso de gato...
INGREDIENTES (4 personas)
- 400 gramos de muslos deshuesados de pollos, cortados en trozos pequeños y sin piel
- 300 ml de caldo dashi*
- 1 vaso (200 ml) de arroz jazmín**
- 1 cebolla morada grande
- 4 huevos
- 1 cebolla
- 1 cebolleta (opcional)
- 2 cucharadas de salsa de soja*
- 1 cucharada de mirin*
- 1 cucharadita de azúcar moreno
* El caldo dashi se obtiene hirviendo alga kombu con pescado seco. Actualmente todo el mundo en Japón adquiere dashi en sobre liofilizados y les añade agua. Se puede encontrar en comercios especializados pero si queréis ahorraros el trabajo o no tenéis posibilidad de adquirirlo se puede hacer lo mismo con 300 ml de caldo de pollo y media cucharadita de miso (o incluso sin miso). La salsa de soja es fácil de encontrar y el mirin es vino de arroz, que se puede sustituir por vino blanco calentado para que pierda el alcohol.
Cortamos el pollo en trozos pequeños, del tamaño de un bocado.
A continuación vertemos el caldo dashi (o el sucedáneo, o solo caldo de pollo) en una cazuela grande a fuego medio. Seguidamente añadimos el mirin, la salsa de soja y el azúcar. Dejamos que hierva y luego bajamos el fuego para que se cocine lentamente.
Cocemos el arroz. El habitual en Japón es el jazmín pero se puede emplear basmati. En cualquier caso siempre arroz de grano largo.
Añadimos el pollo al caldo dashi y lo cocemos durante 15 minutos. Cortamos en juliana la cebolla y la añadimos cuando el pollo ya esté cocido.
En una sartén aparte vertemos los huevos batidos - tampoco mucho - y los cocinamos a fuego fuerte durante unos 2 minutos. Al final de la cocción seguirán estando bastante líquidos.
En cada tazón individual vertemos el arroz al fondo. Encima del mismo el pollo y la sopa que proporcionalmente le toque y finalmente el huevo, que terminará de cocerse en el bol del comensal.
Se sirve muy caliente espolvoreando la cebolleta picada por encima, si así nos gusta.