Estas galletas se consideran habitualmente originarias de Aragón aunque hoy en día se encuentran en casi toda España, a veces con el nombre de mostachones. Son muy sencillas de hacer y desde mi punto de vista son las mejores tanto por su sencillez como su sabor. No hay nada mejor que una receta sin complicaciones que da tan buenos resultados. Hasta es fácil acordarse de los ingredientes pues todos, a excepción de la levadura química, deben pesar lo mismo.
INGREDIENTES :
300 gramos de harina de trigo
300 gramos de azúcar granulada blanca
300 gramos de huevos (se pesan con la cáscara si queréis, no es crítico, y que sumen los 300 gramos. Pero si 4 huevos pesan 270 gramos, por ejemplo, utilizad 270 gramos de harina y 270 de azúcar. Los huevos mandan sobre el resto de ingredientes)
10 gramos de levadura química tipo Royal
En un bol vertemos los huevo, los batimos y añadimos entonces el azúcar. Batimos con las varillas hasta que espume y aumente el volumen.
Mezclamos bien la levadura química con la harina tamizada y la mezcla la vamos añadiendo a los huevos y el azúcar que hemos batido. Hacedlo poco a poco. Si empleáis unas varillas eléctricas, usad la velocidad más baja. Batid hasta que veis una masa esponjosa y por tanto bien aireada.
Dejad reposar la masa 30 minutos en un lugar seco y tapada.
Cubrid la bandeja del horno con papel para hornear. Con la masa en una manga pastelera vais depositando montones no muy grandes y bastante separados porque crecen.
Precalentamos el horno a 190 grados y horneamos 15 minutos o hasta que estén bien doradas (que puede ser antes, vigiladlas constantemente).
Más fácil no puede ser. Perfectas para el desayuno o merienda, para mojar en el café con leche o el chocolate.