Ahora que Madrid está viviendo unos momentos complicados no hay mejor homenaje que una receta muy típica de una ciudad donde lo difícil es sentirse extranjero.
Las porras son muy parecidas a los churros con un salvedad : a la masa se le debe añadir bicarbonato o levadura para que resulte más esponjosa. Para que la levadura o el bicarbonato actúe es preciso también que antes de freírlas en aceite se la deje reposar 10 minutos, aparte de que necesitan más tiempo de fritura dado su tamaño. De no hacerlo así no quedará esponjosa.
INGREDIENTES :
400 ml de agua
250 gramos de harina de trigo
1 pellizco de sal
1 cucharada de bicarbonato
Azúcar (para rebozar las porras una vez fritas)
Aceite para freír (al 50% de girasol, el otro 50% de aceite virgen extra de oliva)
Para hacer porras se emplea una churrera, un tipo especial de manga pastelera que se suele suministrar con varias boquillas, la de churros y una más gruesa para porras. Tiene un coste que oscila entre los 15 y los 25 euros, dependiendo de si es de plástico, acero inoxidable etc. Se puede usar una manga pastelera convencional pero no suelen tener una boquilla tan ancha como la que precisa la porra.
En una cazuela vertemos el agua con el pellizco de sal y la cucharadita de bicarbonato a fuego medio. Cuando empiece a hervir añadimos de golpe la harina.
Removemos con fuerza usando una cuchara de madera hasta que la masa se vuelva homogénea y se desprenda de las paredes de la cazuela. Se retira del fuego para que temple y que el bicarbonato actúe (10 minutos al menos y hasta que la masa se pueda manejar para meter en la churrera).
Vertemos el aceite en una sartén honda. El aceite puede ser todo girasol o maíz, o bien una mezcla de estos con aceite de oliva que permite alcanzar una mayor temperatura. Debe quedar un centímetro de profundidad al menos.
Cuando el aceite esté a punto de humear depositamos en el mismo con cuidado un poco de masa apretando con la churrera hasta alcanzar aproximadamente 10 cm de longitud. Dejamos que se fría hasta que esté bien dorado y en ese momento retiramos, dejando sobre un papel absorbente de cocina. No friáis las porras todas a la vez, hacedlo despacio y una a una.
Se espolvorean con azúcar granulado y listas para comer mojando en café con leche, chocolate y hasta anís, no hay nada mejor.
Ánimo Madrid, que de otras peores habéis salido. Un abrazo fraternal.