Con esta receta vais a flipar porque utilizando harina de fuerza - sí, de fuerza, no la panificable - vais a obtener un pan rústico o de payés en 1 hora de reloj, sin tener que esperar a que leve. Podéis preparar la comida y mientras se estará haciendo tendréis un pan perfecto con muy poco esfuerzo. Atención porque no se hace como los panes normales. Y sí, tiene el aspecto de la foto de arriba.
INGREDIENTES :
300 gramos harina de fuerza
175 ml de agua ( 3/4 de vaso)
1 cucharada y media de aceite virgen extra de oliva
15 gramos de levadura fresca de panadero (ó 7 gramos de levadura seca)
Una cucharadita de sal
La única exigencia es que dispongáis, aparte de los ingredientes, de un recipiente que pueda ir al horno y que cuente con tapa. El recipiente debe tener fondo suficiente para albergar un pan de payés como el que muestra la fotografía. Si no tenéis un recipiente con tapa de ese tamaño podéis hacer panes más pequeños, individuales. Si tampoco tenéis un recipiente que pueda ir al horno con tapa, usad un bol grande para ensalada tapado con un plato o similar, que cierre bastante bien.
En primer lugar calentamos el agua en el microondas hasta que se quede templada. Disolvemos la levadura en la misma.
En un bol grande incorporamos la harina haciendo montaña y en el centro hacemos un hueco, como si fuera un volcán. Vertemos en ese cono el agua tibia con levadura y la cucharada y media de aceite de oliva.
Mezclamos bien para obtener una pasta homogénea. Espolvoreamos harina sobre el mármol de la cocina y amasamos durante 10 minutos. A mitad del amasado introducimos la sal. Al final obtendréis una masa de aspecto suave y esponjosa.
Colocamos la masa en forma de bola en la fuente que previamente hemos cepillado con aceite. Hacemos cuatro cortes profundos y rápidos con un cuchillo, como si fuéramos a hacer un juego del tres en raya, sobre la superficie.
Cepillamos aceite sobre la masa y espolvoreamos harina.
Cerramos la tapa del recipiente o bien colocamos un plato invertido o lo que sea.
Llevamos al horno y partiendo de frío - no lo precalentéis - subimos la temperatura a 220 grados. Dejamos el pan durante 40 minutos. Transcurrido el tiempo sacáis del horno y tendréis un pan de payés maravilloso, con una corteza dorada y una miga suave y esponjosa.