Típicas de Castilla y en general en toda España, tienen algunas características remarcables. La primera el empleo de lentejas, que es la legumbre del futuro porque fructifica en condiciones muy duras que no soportan otras plantas y ni siquiera otras leguminosas. Cuando los terrenos se agotan lo mejor es plantar leguminosas porque fijan el nitrógeno en el suelo pero si quieres además obtener una buena cosecha, la lenteja produce en condiciones de extrema pobreza del suelo.
En segundo lugar porque se trata de una receta vegana tradicional : ni trata de sustituir carnes por sucedáneos ni su gusto viene marcado por modas. Cuando las comes no te estás dando cuenta de que se trata de un plato vegano, ni siquiera entre comensales muy "carnívoros".
En tercer lugar porque supone un importante aporte de proteínas y hierro no hemínico (que no procede de ingredientes animales). No es un tipo de hierro que se asimile con la misma facilidad que el hierro de procedencia animal pero la absorción mejora considerablemente si consumimos suficiente vitamina C mientras degustamos las lentejas. Basta con acompañar las lentejas con una ensalada o un vaso de zumo de naranja para que todo ese hierro que portan pase a nuestro cuerpo sin pérdidas.
INGREDIENTES (4 personas)
400 gramos de lentejas castellanas
1 tomate rojo maduro
1 pimiento verde para freír (el llamado "italiano")
1 cebolla morada (dulce) grande
1 hoja de laurel
1 diente de ajo
1 cucharadita de pimentón dulce
Sal
Aceite virgen extra de oliva
Las lentejas castellanas precisan de remojo previo para ser rehidratadas. Colocadlas por tanto en un bol con agua fría durante al menos la noche anterior.
Transcurrida la noche (o las 8 horas preceptivas) las escurrís y colocáis en una cazuela grande con con pimiento verde (sin semillas) , el tomate (sin piel ni semillas), el diente de ajo (pelado) y la cebolla (también pelada). Se añaden 2 cucharadas de aceite de oliva, la hoja de laurel y una cucharadita de sal. Se pone agua fría justo para que cubra los ingredientes. Se pone al fuego medio-bajo durante 2 horas (o hasta que las lentejas se ablanden. Si el agua se evapora se debe añadir agua caliente pero de nuevo solo lo justo para cubrir. Es probable que debáis añadir líquido varias veces.
Una vez se han cocido las lentejas, retiramos el tomate, el pimiento, la cebolla y el diente de ajo y se tritura (generalmente os bastará con usar un tenedor, más raramente en la picadora).
Vertemos un chorro de aceite en una sartén y calentamos. Incorporamos el triturado de las verduras y dejamos hacer durante un par de minutos. Retiramos del fuego y añadimos entonces la cucharadita de pimentón. Este sofrito se vierte en las lentejas, removemos bien, y se sirve bien caliente.
Un plato nutritivo, sencillo y muy sabroso.