Berenjenas con miel de caña


Las tapas pueden ser tan elaboradas como las Carcamusas toledanas o simples como unas aceitunas aliñadas. En este caso estamos a medio camino ya que aunque estas berenjenas no son difíciles de realizar es una tapa que tiene truco. Cordobesa de nacimiento y popular en toda Andalucía, reúne lo dulce con la salado en un maridaje perfecto que ya encontramos, con igual maestría, en un postre como el Pastel Cordobés con Jamón.

INGREDIENTES :

1 berenjena
Miel de caña 
Harina blanca de trigo
Sal
Aceite de girasol, maíz, canola etc

En primer lugar debemos cortar la berenjena en rodajas de medio centímetro de anchura más o menos y rápidamente llevar a un recipiente con abundante agua que lleve disuelta una cucharada de sal. Lo mejor es poner un plato o algo encima para que las rodajas estén sumergidas. Con esto conseguimos dos cosas importantes. La primera es que la berenjena desprenderá un color verdoso que corresponde a la solanina, un tóxico que le da amargor y que hace poco aconsejable que consumamos la misma en crudo. No moriríamos envenenados pero algún dolor de estómago sí que tendríamos que soportar. La segunda razón de peso para hacer eso es conseguir que el agua ocupe gran parte de la porosa pulpa de la berenjena. De no hacerlo así la pulpa actuaría como una esponja absorbiendo el aceite de la fritura. Eso la volvería aceitosa y poco apetecible.

Mantenemos la berenjena al menos 24 horas en el agua salada tras lo cual la retiramos, descartando el agua (que se habrá tornado de un color verdoso por efecto de la solanina) y escurrimos para que quede bien seca.

Pasamos las rodajas de berenjena por harina de trigo y la freímos en abundante aceite hasta que quede bien dorada. Retiramos del aceite y dejamos reposar en un papel absorbente para que pierda el aceite sobrante.

Disponemos en una plata y mojamos, con un chorrito fino, con la miel de caña, procurando que toque todas las rodajas (un poquito, no hace falta mojar toda la rodaja con el endulzante). Tengo que recalcar que se debe emplear miel de caña, no miel de abejas. La miel de caña es un subproducto de la caña de azúcar y debe su nombre a la similitud visual que guarda con la de abejas, pero a nivel gustativo nada que ver. Así que no empleéis miel de abejas porque no queda demasiado bien. Podéis encontrar miel de caña en casi todos los comercios (la suelo adquirir en Mercadona, pero me consta que hay en muchas otras tiendas).

Naturalmente se debe comer recién hecha ya que el rebozado se debilita cuando se enfría.

Una tapa buenísima y sencillísima.