Casadielles de hojaldre


Las casadielles son pequeños dulces fritos compuestos de una pasta rellena de nueces y azúcar. En Asturias era tradicional comerlos en Navidad o Cuaresma, aunque en la actualidad hay casadielles todo el año. 

Hay dos formas de acometer su realización : la sencilla, comprando la pasta, o bien la complicada, que es hacerla en casa. La pasta de las casadielles no es equiparable a ninguna de las que se venden. No es pasta brisa, ni hojaldre, ni filo ni nada, es muy suya en realidad. Para su realización se necesita harina, vino, manteca de cerdo y otros ingredientes. Así que si usas una pasta que no es la propia se nota la diferencia. Al respecto tengo varias reglas :

1. Si ya has comido casadielles y tienes tiempo, haz la pasta. De lo contrario notarás la diferencia.
2. Si no has comido casadielles nunca y tienes tiempo, haz la pasta también. Eso sí, a partir de ese momento siempre tendrás que hacer la masa.
3. Si has comido casadielles y no tienes tiempo pero tampoco te importa demasiado sacrificar el sabor de la pasta porque lo tuyo son las nueces del relleno, usa hojaldre que es lo que más se parece.
4. Si has comido casadielles y no tienes tiempo pero el sabor de la masa te importa, usa el truco que explico abajo.
5. Si no has comida casadielles y no tienes intención ni de comerlas ni de hacerlas...¿qué haces entonces mirando este post?

INGREDIENTES (receta fácil) :

1 placa de hojaldre (salen alrededor de 24 casadielles)
Manteca de cerdo (alrededor de 25 gramos)
200 gramos de nueces peladas
200 gramos de azúcar granulada normal
80 ml de licor de anís
80 ml de agua
1 limón
1 estrella de anís
Aceite (mezcla al 50% de aceite de oliva y 50% de aceite girasol o maíz)

Primero hacemos el relleno mezclando las nueces picadas (no muy finas) y la mezclamos con la mitad del azúcar (100 gramos) y los líquidos (anís y agua). Mezclamos con cuchara hasta que se haga una pasta homogénea.

Extendemos la placa de hojaldre y la cortamos en cuadrados iguales. Cada fabricante tiene una medida diferente de hojaldre. Yo uso una de 60 x 40 cm y con eso tengo 24 rectángulos de 10 x 10 cm. Haced la medida que queráis, no es crítico.

Pincho la masa con un tenedor para que no suba demasiado.  Con una brocha de cocina pinto el interior con la manteca fundida. Con ese puntito de manteca ya nos recuerda bastante más a la masa de las casadielles auténticas.

Hacemos un pequeño cilindro con el relleno y lo colocamos en el centro del cuadrado. Debe quedar un dedo de espacio en los lados para que se pueda cerrar. Ahora doblamos el cuadrado de hojaldre para que encierre el relleno, quedando una especie de rectángulo (que si habéis optado por hacer cuadrados de 10 x 10 cm, ahora será un rectángulo de 5 x 10 cm). Para que el hojaldre no se abra al freírlo mojamos los bordes con agua y los extremos además los sellamos apretando con las púas del tenedor.

Disponemos una sartén con suficiente aceite para que al poner las casadielles no toquen fondo. Para aromatizar el aceite usamos la piel del limón y un anís estrellado. Calentamos el aceite a fuego medio y poniendo como máximo dos vigilamos que se dore - cuidado porque se puede quemar rápido - dando la vuelta para obtener un frito uniforme.

Extraemos del aceite y dejamos reposar sobre un papel absorbente. Luego los rodamos sobre azúcar granulado y listos para comer.

También se pueden hacer al horno (180 grados, unos 15-20 minutos) pero entonces volvemos a tener el dilema de siempre, que la velocidad en la realización desvirtúa el sabor.