El empanadico es un dulce típico de Huesca que se solía tomar por Navidad - imagino que sigue siendo costumbre - y que como su nombre indica consiste en una empanada rellena de calabaza - la más tradicional - aunque también se hace con manzana. Por tanto la receta que os explico a continuación se divide en dos partes : la masa del envoltorio y el relleno.
Es un dulce que tiene un sabor increíble y que además deja la casa perfumada. No se puede pedir más.
INGREDIENTES
Para la masa :
300 gramos de harina de repostería
100 gramos de azúcar granulada blanca (la normal)
1 naranja
1 cucharadita de anís en grano
1 chupito (30 ml) de licor de anís
1 vaso de agua (200 ml)
Medio vaso (100 ml) de aceite virgen extra de oliva
1 huevo
Para el relleno :
Azúcar granulada blanca (alrededor de 50 gramos)
Canela molida (al gusto)
50 gramos de pasas corintias o sultanas (sin semilla)
50 gramos de piñones
Aceite virgen extra de oliva
Primero haremos la masa.
En una cazuela vertemos el agua e incorporamos el aceite, azúcar, el licor de anís y los granos y la corteza de la naranja (sin la parte blanca que amarga). Se lleva a ebullición con la cazuela tapada, reduciendo para que cueza poco a poco durante 15 minutos. Se trata de extraer las esencias de estos aromatizantes.
En un bol grande incorporamos la harina tamizada y sobre ella vertemos el líquido caliente - recién salido del fuego - de los aromatizantes previo paso por un colador para que no caiga la piel de naranja ni los granos de anís. Mezclamos con una cuchara de madera o una paleta de silicona hasta que haga una masa más o menos homogénea. Dais la vuelta al bol para que la masa caiga sobre el mármol enharinado. Ahora hay que amasarlo pero si veis que todavía sale humo no lo toquéis hasta que se enfríe. Ya sabéis, quemadura = pupa.
Una vez sobre el mármol, amasamos a conciencia durante al menos media hora, con ayuda de las manos y el rodillo. Cuando ya no se pegue a nuestras manos estará lista. Si esto no ocurre de forma rápida tras iniciar el amasado, podemos añadir algo más de harina pero con mesura, muy poco a poco.
Finalmente con el rodillo damos a la masa una forma circular. La mitad del círculo servirá de tapa de la otra mitad dándole una forma de media luna o gajo de naranja muy característica.
El relleno se incorpora directamente cortando la calabaza en rodajas de medio centímetro de grosor, más o menos, y espolvoreando las pasas y piñones, así como la canela y el azúcar. Tradicionalmente se moja todo con un chorrito muy fino de aceite de oliva pero si no queréis hacer este paso lo podéis obviar, no es realmente necesario. Si os sobra calabaza montad un segundo piso de relleno. Recordad que solo se debe cubrir la mitad de la circunferencia ya que la otra mitad servirá a modo de "tapa". Y dejad un margen en los bordes para que se pueda cerrar, no llevéis la calabaza hasta los extremos !
Uno de los problemas del empanadico es hornearlo y que la calabaza siga todavía dura mientras el forro empieza a quemarse. Para evitarlo, aunque no es la forma tradicional de hacerlo, se puede cortar la calabaza en rodajas y llevarla a una sartén donde hemos fundido un par de nueces de mantequilla. En esa mantequilla fundida freímos la calabaza hasta que empieza a ablandar, aunque no del todo ya que se terminará de hacer en el horno.
Ahora es el momento de cerrar el empanadico y sellar los bordes doblando uno con otro y pintando de huevo la superficie vista. Así quedará dorada y los bordes cerrarán mejor. Finalmente espolvoreamos azúcar en la superficie, practicamos algunos agujeros en la superficie con un tenedor para que los gases del interior escapen sin provocar una explosión, y al horno precalentado a 180 grados durante 30 minutos, vigilando que no se queme.
Se sirve frío o tibio, al gusto.