Las perrunillas son un dulce extremeño que antiguamente se confeccionaban como tortas de considerablemente tamaño y que en la actualidad se vienen haciendo del tamaño de galletas grandes. Se realizan con manteca de cerdo, son distinguibles por la capa blanca que las cubre y la textura dura al morder pero que sin embargo se deshace, literalmente, en la boca. Mi abuela las llamaba "mantecados" precisamente por la presencia de manteca.
INGREDIENTES :
500 gramos de harina
250 gramos de manteca de cerdo
150 g de azúcar granulada blanca
50 gramos de azúcar para espolvorear por encima
2 huevos grandes (tipo XL)
50 ml de aceite de oliva virgen extra
1 vasito de anís (50 ml)
1 limón
1 cucharadita de canela en polvo
En primer lugar separamos las yemas de las claras y reservamos.
Se bate la manteca con el aceite y añadimos, poco a poco, las yemas batidas. Una vez la mezcla está homogénea añadimos el anís y la ralladura de la piel del limón además de la canela en polvo. Cuanto más se bata más esponjas quedarán las perrunillas.
Ahora vamos a añadir la harina y el azúcar poco a poco, sin dejar de batir. Lo mejor es añadir un poco de harina y otro poco de azúcar, batir y mezclar, para seguir con otro poco de harina y de azúcar hasta que se acaben ambas. La masa resultante es mejor dejarla reposar al menos 8 horas.
Transcurrido el tiempo precalentamos el horno a 180 grados. Hacemos unas bolas con la masa del tamaño de pelotas de ping-pong (un poco más grandes) y las aplastamos un poco antes de ponerlas sobre un papel para hornear, separadas entre si al menos 10 cm.
Batimos las claras que habíamos separado y con ellas pintamos la superficie. Luego espolvoreamos el azúcar sobre las misma y finalmente horneamos unos 25 minutos hasta que están visiblemente doradas y secas en el corazón.
Una receta que repetiréis más de una vez.