Si tenéis la oportunidad de visitar Viena, y en general Austria, os daréis cuenta que las confiterías invaden las calles hasta el punto que los locales dedicados a la repostería se suceden puerta con puerta. En Viena se inventaron pasteles como el Sachertorte o los mismos croissants - que son austriacos, no franceses - cuya forma de media luna se hizo a propósito para burlarse de los turcos tras su derrota frente a las murallas de la ciudad en el segundo asedio a la ciudad acaecido en el siglo XVII. La repostería austriaca ha influido enormemente en la repostería europea e incluso en Oriente Medio, ya que los judíos de origen ashkenazí (centroeuropeo) llevaron preparaciones vienesas a Israel donde conviven con la repostería árabe en total armonía a través de las "pastelerías vienesas".
Una de las galletas austriacas más populares son las impronunciables vanillekipferl, nombre que viene a significar "medias lunas de vainilla" porque tienen una forma que recuerda a la luna creciente, como los croissants, aunque no se parecen en nada. Son típicas de la Navidad austriaca pero en la actualidad es fácil encontrarlas durante todo el año. Son muy fáciles de hacer y aguantan bastante tiempo - hasta 3 semanas - así que podéis tener galletas de vainilla (con esta receta salen unas 50) durante una buena temporada y sentiros como si estuvieráis en un café vienés.
INGREDIENTES :
280 gramos de harina de trigo para repostería
200 gramos de mantequilla
100 gramos de almendras crudas molidas y sin piel
80 gramos de azúcar blanca granulada (la habitual)
50 gramos de azúcar glass (impalpable)
20 gramos de azúcar vainillado
2 yemas de huevo
1 vaina de vainilla
1 pellizco de sal
Cortamos la vaina longitudinalmente y raspamos la pulpa. La mezclamos con las almendras molidas, la harina, las yemas de huevo, la mantequilla en frío (esto es importante, por muy molesto que sea trabajar la mantequilla dura) y el pellizco de sal. Si tienes una máquina de amasar, un robot de cocina o similar, es el momento de emplearla. Si no es así, se debe trabajar la masa manualmente hasta que la mantequilla se integre.
Una vez tenemos una masa homogénea y suave la metemos en un bol cubriéndola con un film transparente para que repose durante 1 hora al menos.
Separamos partes de la masa y hacemos cilindros de aproximadamente 1.5 cm de grosor. Los cortamos cada 5 centímetros para hacer las galletas. Esos pequeños cilindros los curvamos hacia dentro para darles la forma de media luna. Trabajad esto sobre una superficie cubierta de harina.
Precalentamos el horno a 180 grados y horneamos las galletas durante uno 12 minutos o hasta que las vemos doradas.
Extraemos y dejamos sobre una rejilla, espolvoreando por encima unos 50 gramos de azúcar glass mezclados con azúcar vainillada. Se debe hacer cuando aún están calientes.
Se dejan enfriar y listas para comer. Están tan buenas que si te gusta la vainilla no puedes dejar de comer una tras otra, así que cuidado si están en operación bikini !