Suspiros de amante


Hoy que es el Día de los Enamorados os presento una receta muy fácil de hacer típica de Teruel y que conmemora el amor imposible de Isabel Segura y Diego Marcilla, una leyenda o tal ver historia real, no se sabe,  acaecida a principios del siglo XIII.

Se trata de unos pequeños pasteles rellenos de una una crema de queso y que pueden ser horneados incluso empleado el grill del microondas. 

INGREDIENTES :

12 tartaletas de masa quebrada (las compráis hechas)
50 gramos de mantequilla sin sal
4 porciones de quesitos (tipo El Caserío, La Vaca que Ríe etc o bien un queso cremoso de vuestro gusto que funda bien)*
50 gramos de azúcar blanca granulada (la normal)
1 huevo
Azúcar glass (impalpable) para decorar

* Por si no lo sabéis los quesitos en porciones se obtienen al mezclar queso con mantequilla. Esto se hizo para que fueran fáciles de untar y sabrosos a la boca. Para conseguir que por ejemplo la mantequilla sea fácil de untar aunque la acabemos de sacar del frigorífico se la suele mezclar con algunos aceites como el de palma, objeto de la furia de los conservacionistas.

En una cazuela a fuego muy bajo fundimos la mantequilla. Una vez líquida vertemos el azúcar y con las varillas removemos hasta que se disuelve en la mantequilla.

A continuación incorporamos los quesitos hasta que se disuelvan. Recordad, todo con el fuego al mínimo.

Seguidamente incorporamos el huevo batido y removemos con las varillas hasta que la crema espese. En el momento en que empiecen a aflorar las burbujas de la cocción retiramos del fuego y dejamos enfriar.

Una vez la crema está tibia la introducimos en una manga pastelera o bien con una cuchara la empezamos a distribuir por cada tartaleta. Sed generosos en las porciones.

A continuación vamos a hornear. Se puede hacer con el horno convencional a 180 grados pero solo el gratinador manteniendo durante 10 minutos o bien con el grill del microondas si tiene grill, claro.

Cuando la superficie se ha dorado, extraemos y dejamos enfriar del todo para espolvorear con azúcar glass.

Un bocado inolvidable, os lo aseguro.