Lokum (Delicias turcas)


Si habéis ido a Turquía seguro que os habéis traído de vuelta como souvenirs comestibles un poco de té, otro poco de salep y lokum. 

Los lokum, también conocidos como Delicias Turcas, son unos dulces en forma de cubo y aspecto gomoso que os recordarán a las gominolas occidentales. Hay muchas versiones, desde las más simples - y también más populares - con esencia de rosas y bañados en una especie de azúcar glass hasta los cubiertos de coco y rellenos con frutos secos. Sea cual sea la versión adquirida, todos tendrán esa textura que los hacen tan similares a las golosinas. De hecho porque en realidad se confeccionan igual que las gominolas blandas o los caramelos a los que estamos acostumbrados en Occidente.

Los lokum son extremadamente fáciles de hacer, requiriendo muy pocos ingredientes y que además se pueden encontrar con facilidad en todas partes.

Os doy la receta de una empresa turca dedicada a fabricar lokum y que amablemente me ha cedido, naturalmente reduciendo la cantidad a proporciones domésticas. La he realizado siguiendo sus indicaciones y no ha habido ningún problema. Las medidas están dadas en vasos - de 200 ml - que son los habituales para servir agua. Como la receta funciona bien con estas medidas no las he tocado.

INGREDIENTES :

4 vasos de azúcar
1 vaso de Maizena (almidón de maíz)
1 limón
Agua embotellada o filtrada
Azúcar glass (impalpable)
1 cucharadita de esencia de vainilla o de rosas (al gusto)

Opcional :

Colorante alimentario (rojo o amarillo)

En una cazuela a fuego bajo vertemos la totalidad del azúcar y un vaso y medio de agua (300 ml).

En la misma mezcla incorporamos 2 cucharaditas de zumo de limón (el limón evitará que el azúcar cristalice).

Removemos bien y de forma continua hasta que empieza a hervir. Debe hervir hasta que el almíbar alcanza el punto de hebra, esto es, que la cuchara con la que removemos al separarla del almíbar forme un hilo continuo entre esta y el líquido.

En ese momento apagamos el fuego. Si tenemos una placa por inducción que conserva el calor, debemos retirar totalmente la cazuela.

En otra cazuela vertemos el vaso de Maizena (o harina de maíz, si no tenéis maizena) y una cucharadita de zumo de limón o cremor tártaro (si tenéis este último).  Incorporamos 3 vasos de agua - 600 ml - mezclando con unas varillas metálicas para que no quede ningún grumo.  Llevamos esta cazuela al fuego y removemos continuamente con una cuchara de madera hasta que la mezcla espese.

Cuando espese - al pasar la cuchara por el fondo la masa tarda unos segundos en ocupar el espacio - bajamos el fuego al mínimo y empezamos a añadir el almíbar que habíamos hecho anteriormente sin dejar de remover para que quede bien mezclado.

Ahora debemos dejar hacer la mezcla sobre el fuego pero al mínimo posible durante unos 45 minutos, removiendo de forma frecuente. Comprobaréis que la masa se va oscureciendo.

A los 45 minutos desconectamos el fuego - lo apartamos si es vitrocerámica - y vertemos la esencia de vainilla o rosas removiendo bien para que se distribuya uniformemente mientras la mezcla todavía burbujea. Si queremos podemos añadir entonces un colorante. Si hemos elegido esencia de rosas se emplea colorante rojo y si es vainilla suele ser colorante amarillo pero no hay problema en elegir cualquier otro color.

Necesitamos un molde rectangular o cuadrado no muy grande, de modo que al verter la mezcla ésta alcance 1 centímetro de altura, más o menos.

Engrasamos el molde con mantequilla y vertemos la mezcla.

Dejamos reposar en el frigorífico durante 24 horas.

Al día siguiente extraemos la masa ya solidificada y la colocamos sobre el mármol de la cocina que previamente hemos cubierto de una mezcla de azúcar glass y maizena. Con la ayuda de un cuchillo o un cortador de pizza hacemos cubos de la masa que llevamos a un bol donde los acabamos de bañar en azúcar glass para que tomen su aspecto característico. Ya podéis disfrutar de vuestros lokum sin salir de casa.

¿A que es fácil?