Pues no se trata de una creación rusa ni de la antigua Unión Soviética, si no unas galletas de almendra muy populares en Asturias y creadas en la confitería Rialto de Oviedo, que ostenta la marca y el secreto de la receta. Por eso lo que viene a continuación es una mera aproximación, bastante fiel al original, pero no se puede decir que sean las moscovitas auténticas. Lo mismo ocurre con otras recetas, como la del Sacher Torte, que al ser propiedad de una empresa si ésta no la desvela te tienes que conformar con aproximaciones. Es decir, que seguro que has comido Sacher Torte infinidad de veces pero si no lo has hecho en el Hotel Sacher de Viena no has comido una Sache auténtica nunca.
Las moscovitas contienen almendras, azúcar y nata, estando bañadas por una fina capa de chocolate en el reverso. Son crujientes y con una textura muy particular dada por el uso de almendra para su confección.
INGREDIENTES :
200 gramos de almendra cruda (las moscovitas emplean del tipo marcona, por otro lado la más habitual en nuestro país)
200 gramos de nata para montar (con un mínimo del 35% de materia grasa)
200 gramos de azúcar granulada blanca normal
40 gramos de harina de trigo integral
300 gramos de cacao al 70% (tabletas)
25 gramos de mantequilla
En primer lugar picamos la almendra para que quede granulada, no como si fuera harina. Es importante esto para la textura de la galleta. También podéis comprar almendra picada, se suele vender así para decorar tartas.
En un bol mezclamos la nata con al azúcar hasta que quede bien disuelto. Incorporamos la almendra picada en la mezcla, removiendo bien, y luego la harina integral bien tamizada. Todo esto se mezcla en frío, es importante. Cuando la masa se caliente será el azúcar el encargado de cohesionarla porque como veis la receta no lleva huevo ni ningún otro aglutinante.
Precalentamos el horno a 180 grados. Sobre una rejilla para hornear colocamos un papel vegetal depositando bolas del tamaño de una nuez sobre el mismo. Deben quedar con una importante separación del mismo porque esas bolas, al calentarse, se expandirán y aplastarán, adoptando la forma de una galleta de unos 4 ó 5 cm de diámetro. Así que dejad un palmo entre ellas.
Dejamos hacer las galletas un total de 6 minutos pero vigilad la cocción para que no se quemen, que cada horno es un mundo. Yo las suelo dejar hasta que los bordes se tuestan, pero nunca es necesario, con calor arriba y abajo, más de los mencionados 6 minutos.
Extraigo y dejo enfriar.
En una cazuela a fuego lento fundo la tableta de cacao al 70% y añado un poco de mantequilla. Lo mejor es hacerlo al baño maría.
Doy la vuelta a las galletas y con un pincel de silicona pinto la base, dejando enfriar para que se puedan asir sin problemas.
Unas galletas que por su textura y su sabor os dejarán muy buen sabor de boca. Tened en cuenta que si las moscovitas quedan al aire pierden el crujiente tan característico para convertirse en una especie de chicle. Es conveniente guardar las que sobren - si tal cosa ocurre - en un lugar al resguardo del aire.