Papaviejos


Mi familia procede originalmente de Almería y allí se consumían por estas fechas - con un máximo en Semana Santa - unos buñuelos dulces hechos de patata que se denominan Papaviejos. En la actualidad se pueden encontrar en cualquier fecha del año  aunque por fortuna persiste la costumbre de hacerlas en los hogares para las fechas habituales, sobre todo el jueves lardero. Cada familia tiene su receta así que os cedo la nuestra. Son muy fáciles de hacer.

INGREDIENTES :

200 gramos de patatas (o papas, tal y como se denominan en el sur y en Canarias)
230 gramos de harina de trigo
1 vaso (200 ml) de leche entera
2 huevos
80 gramos de azúcar (4 cucharadas)
15 gramos de levadura química (un sobre de levadura química Royal)
La ralladura de la piel de un limón
Canela en polvo, para decorar
Azúcar glass (impalpable), para decorar
Aceite de girasol (para freír)

En primer lugar cocemos las patatas enteras hasta que se ablandan. Extraemos y trituramos.

Mezclamos las papas con los huevos batidos, el azúcar, la levadura, la leche, la harina y la ralladura de limón hasta obtener una pasta homogénea. Es importante que el gasificante (la levadura) quede bien repartida porque este buñuelo está bueno cuando queda esponjoso e inflando. Para ello lo que hago es usar una  batidora de vaso, añado primero los líquidos con la levadura, mezclo bien, detengo, añado la patata y harina poco a poco, vuelvo a batir y así hasta que obtengo la masa bien homogénea. El proceso es un poco más largo pero el resultado es mejor.

En una sartén honda con aceite suficiente para que una bola se fría sin tocar el fondo - unos dos dedos de profundidad - voy friendo las bolas de un tamaño aproximado de una bola de ping pong. Si el resultado lo veis demasiado líquido, hacéis las bolas cogiendo masa con una cuchara de sopa y empujado sobre el aceite con otra.

Los buñuelos se deben freír de manera que no se toquen y con un burbujeo abundante hasta que se doran. Veréis como aumentan de tamaño.

Extraemos del aceite y los dejamos escurrir en una rejilla o sobre papel absorbente. Hacemos una mezcla de canela en polvo y azúcar glass y los rodamos para que queden bien cubiertos.

Se pueden comer fríos o templados. Están buenos de cualquier forma.