Se han puesto de moda hasta el punto que hay pequeños locales que sirven diferentes tipos como única oferta con la que acompañar una taza de café o de té. La verdad es que existen desde hace mucho tiempo y al igual que ocurrió con las centenarias magdalenas, que luego se convirtieron en muffins y más tarde en cupcakes, los rollos de canela están aún en "fase 1" evolutiva cual un Pokemon de los primeros tiempos. Cosas peores veremos.
Un rollo de canela consiste en una masa que se enrolla en espiral sobre un relleno de canela molida y azúcar. No se hace ni con pasta brisa ni hojaldre ni con ningún otro tipo de masa que se comercialice, si no más bien con un bizcocho flexible que debéis hacer por vuestra cuenta. De todas maneras es un proceso bastante sencillo. Os doy la receta en vasos tal y como la recibí de una conocida cadena norteamericana que se dedica precisamente a comercializar cinnamon rolls a través de su cadena de cafeterías. Y cuando una receta de repostería funciona, no cambiéis nada porque a veces el equivalente en peso no surte el mismo efecto. Recordad que el vaso corresponde a una medida de unos 220 ml, el vaso típico para beber agua.
INGREDIENTES :
Para la masa :
3 vasos y medio de harina de repostería
1 vaso de leche
Medio vaso de azúcar blanca granulada normal
Medio vaso de mantequilla sin sal (es decir, que ya fundida en microondas debe ocupar medio vaso)
2 huevos
1 cucharada de levadura fresca (de la que se debe guardar en frigorífico) aunque también se puede hacer con levadura de panadero seca
1 cucharadita de esencia de vainilla
1 pellizco de sal
Para el relleno :
100 gramos de mantequilla a punto de pomada
3 ó 4 cucharadas colmadas de azúcar morena
3 ó 4 cucharadas colmadas de canela en polvo
Para el glaseado :
100 gramos de queso crema (tipo Filadelfia)
2 cucharadas de mantequilla fundida
2 cucharadas de leche
1 vaso de azúcar glass (impalpable)
En un bol grande rompemos los dos huevos y los batimos. A continuación añadimos el azúcar y mezclamos con las varillas de metal. Si utilizamos levadura fresca lo mejor es disolverla previamente en la leche tibia y transcurrido una media hora, añadirla a los huevos con azúcar. Si empleamos levadura seca, se vierte la leche y luego la levadura, mezclando bien.
Vertemos la mantequilla líquida, la esencia de vainilla y un pellizco de sal (la sal sirve para realzar el gusto dulce de la masa).
Finalmente añadimos la harina previamente tamizada sin dejar de batir con las varillas.
La masa espesará hasta el punto en que deberemos trabajarla con una cuchara de madera. Cuando lleguemos a ese punto lo mejor es dejarla reposar media hora cubierta y con un paño por encima para que sea menos pegajosa.
Pasado el tiempo de descanso la amasamos con fuerza para que quede homogénea y con aire. La prueba del algodón sucede cuando hundimos el pulgar del dedo como si quisiéramos dejar nuestra huella dactilar y al retirarla la masa recupera en unos segundos su forma anterior.
Sobre una superficie plana espolvoreamos harina y sobre la misma extendemos la masa con la ayuda de un rodillo. Debe quedar bastante fina y de forma rectangular.
A continuación extendemos sobre la masa la mantequilla a punto de pomada con una espátula o similar - suelo utilizar una de silicona - de manera que pinte toda la superficie.
Mezclamos la canela en polvo con el azúcar granulado moreno y los espolvoreamos sobre la masa que hemos cubierto de mantequilla, con lo que esa mezcla quedará pegada.
Ahora vamos a enrollar la masa sobre si misma por el lado mayor del rectángulo, de manera que conseguiremos una espiral con un radio muy pequeño. Es lo mismo que enrollar una alfombra. Lo vamos haciendo con cuidado hasta conseguir una especie de rodillo que cortaremos en secciones de unos 3 centímetros. Ahora ya vemos claramente la forma del rollo de canela.
Engrasamos una fuente que pueda ir al horno e introducimos los rollos. Ahora los vamos a dejar que reposen hasta que doblen su tamaño gracias a la acción de la levadura del modo habitual, en un sitio fresco, seco y cubiertos por un paño. Es importante que utilicemos una bandeja con paredes porque si los intentáramos hornear directamente en la bandeja del horno al dilatarse perderían la forma. Las paredes de la fuente impiden la expansión.
Una vez han aumentado de tamaño de manera que casi no queda espacio entre ellos calentamos el horno a 180 grados y los horneamos por espacio de 20 minutos.
Mientras se hacen los rollos de canela vamos a hacer el glaseado simplemente mezclando con las varillas el queso crema, la mantequilla líquida, la leche y el azúcar glass.
En el momento en que salen los rollos del horno los pintamos con el glaseado usando una espátula de silicona o un pincel de idem y listos para comer.
Obtendréis unos rollos de canela alucinantes, esponjoso, con un aroma embriagador y un sabor increíble.