La Coca de Mestall consiste en un pan o coca plano (de un dedo de grosor como mucho) sobre el cual se incrustan o bien embutidos o bien sardinas saladas. Esta coca siempre ha sido un producto de panadería que debía consumirse rápidamente porque en caso contrario la masa se volvía dura y difícil de masticar. Esta es la razón de que se debiera encargar y no fuera un alimento que se fuera produciendo de manera regular a la espera de que los clientes lo adquirieran en la tahona. La buena coca es crujiente por fuera y esponjosa por dentro, pero a medida que pasan las horas esta características se van perdiendo.
Es una receta tradicional de la comarca valenciana de la Valldigna. En Tavernes de la Valldigna se suele consumir los jueves o los domingos y como se ha dicho, siempre por encargo.
INGREDIENTES (4 raciones)
- 500 ml de agua
- 500 g de harina de trigo blanca
- 250 g de harina de maíz
- 20 gramos de levadura fresca
- 50 ml (1/4 de vaso) de aceite virgen extra
- 1 cucharadita de sal
- 1 morcilla
- 1 longaniza
- 1 trozo de panceta
- Opcional: en lugar de los embutidos antes listados,se puede hacer con sardina salada (tipo arenque)
En primer lugar vamos a introducir la levadura fresca en un cuarto de vaso de agua tibia. La dejamos que crezca unos 20 minutos.
En un bol grande mezclamos los dos tipos de harina con la sal. Cuando están bien mezclados, hacemos un volcán y por el centro vertemos el medio litro de agua (también tibia), la levadura y el cuarto de vaso de aceite virgen extra.
Mezclamos bien todo y comenzamos a amasar. Si tienes una amasadora o robot con esa función, es el momento de usarlo.
Introducimos la masa en un bol y la tapamos con un trapo de algodón, en un lugar cálido, oscuro y sin corrientes de aire hasta que doble el tamaño. Esto puede tardar unas 2 ó 3 horas.
Trascurrido este tiempo vertemos la masa en una bandeja de horno donde previamente hemos colocado un papel de hornear untado de aceite. Extendemos la masa o bien con un rodillo o bien, mucho mejor, simplemente con las manos untadas de aceite para que la masa no se nos pegue. Se le puede dar una forma redonda o rectangular. Colocamos los embutidos enteros que nos apetezcan, incrustádolos en la masa.
Precalentamos el horno a 230 grados e introducimos la coca durante unos veinte o treinta minutos, o hasta que se vea dorada y hecha.
Se extrae y a disfrutar. El pan crujiente con los embutidos o las sardinas es lo mejor que hay.