El Skyr es un producto lácteo parecido al yogur griego pero más espeso y de sabor más suave aunque se clasifica como un queso porque emplea en su producción el cuajo. No se emplea como el yogur griego, si no que se come con cuchara o mezclado con ingredientes como la granola y los frutos rojos, sobretodo en desayunos. Lo cierto es que se ha puesto muy de moda últimamente.
Sí, ya se que vosotros coméis el yogur griego con cuchara y de postre, pero en Grecia y otros países del Este de Europa tal cosa suena a aberración. El yogur se emplea en las comidas como un ingrediente más, y raramente, por no decir nunca, constituye un postre o algo a endulzar.
En Islandia se puede comprar Skyr en cualquier supermercado, es de lo más habitual, pero fuera de la isla es más difícil encontrarlo. Algunos supermercado en España suministran algo parecido al Skyr, pero la sensación al probarlo no es la misma que el Skyr islandés auténtico. Supongo que es lo mismo que siente un griego al tomar yogur griego del fabricado fuera de su país. Se parece pero...
Hacer Skyr islandés en casa puede ser un desafío porque el Skyr tiene características únicas y específicas que son difíciles de replicar completamente con productos lácteos habituales disponibles en otros lugares. Además el proceso exacto de fabricación es complejo.
Aunque no es posible obtener exactamente el mismo producto en casa, se puede intentar hacer una versión similar utilizando yogur griego como base. Se lo he dado a probar a una islandesa y me ha dado el aprobado, así que con un 5 raspado me atrevo a explicarlo. Eso sí, se ha llevado medio litro del que había preparado, "presuntamente" para analizarlo más a fondo...
INGREDIENTES:
- 1 litro de yogur griego sin azúcar
- 1 taza de leche entera
- 1 gota de cuajo (se adquiere en farmacias o bien emplead cuajo del que se emplea para hacer cuajada en casa)
- Un pellizco de sal
En primer lugar combinamos el yogur griego con la leche en un bol grande.
Calentamos la mezcla a fuego bajo hasta que alcance una temperatura de alrededor de 40-43°C. Esto ayudará a que la mezcla espese más aunque mata bastantes de las bacterias que producen la yogurtización, todo hay que decirlo. Para este proceso se necesita un termómetro de cocina.
Cuando hemos alcanzado la temperatura, retiramos y agregamos una gota de cuajo a la mezcla (se puede encontrar cuajo en tiendas especializadas, farmacias y si no usando otros productos como la cuajada).
Dejamos reposar durante 15 minutos para que la mezcla cuaje ligeramente.
Ahora vamos a hacer el drenaje que es esencial. Sin esto no hay Skyr ni hay nada.
Colocamos la mezcla en un paño de queso o en una gasa y la colgamos sobre un recipiente para que escurra durante al menos 12 horas.
Transcurrido el tiempo añadimos sal al Skyr según tu preferencia personal. El Skyr islandés tradicionalmente tiene un sabor ligeramente salado, aunque personalmente no le pongo más allá de una pizca.
Se ha de refrigerar el Skyr casero antes de servir, igual que haríamos con el yogur.
Es importante tener en cuenta que esta versión casera será una interpretación aproximada del Skyr original, ya que la autenticidad del producto está relacionada con las condiciones geográficas y los métodos de producción específicos de Islandia.