Los dulces kourabiedes (kourabies en singular) son los más populares en Grecia durante la Navidad junto a las melomakarona que vimos hace unos días. Proceden de una receta que se encuentra en todo Oriente Medio y que se conoce como dulces Qurabiya. Los Qurabiya se propagaron por todo el Mediterráneo con la invasión árabe, llegando a España en donde se transformaron para crear lo que hoy llamamos polvorones. Por tanto los kourabiedes y los polvorones serían primos hermanos algo lejanos, ya que los primeros emplean mantequilla en abundancia. Ambos conservan no obstante las almendras como base de la masa, algo que comparten todas las versiones pasadas y actuales de los qurabiya.
Los kourabiedes también son objeto de regalo sobretodo en bautizos, por lo que vienen a ser lo que las peladillas son en España.
Son muy fáciles de hacer y como podéis suponer, están buenísimos.
INGREDIENTES :
- 250 g de mantequilla sin sal, a temperatura ambiente
- 1 vaso de azúcar glas
- 1 huevo
- 1/4 vaso de brandy o ouzo (opcional)*
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- 1 vaso de almendras o nueces, tostadas y picadas finamente
- 4 vasos de harina para todo uso
- Azúcar glas adicional para espolvorear
Precalentamos el horno a 180°C.
En un bol grande, batimos con las varillas la mantequilla hasta que esté suave y cremosa. Agregamos el azúcar glas y continuamos batiendo hasta que la mezcla esté esponjosa.
Agregamos el huevo y mezclamos bien. Luego, incorporamos el brandy u ouzo (si estás usando), el extracto de vainilla y las almendras picadas.
Incorporamos la harina tamizada gradualmente mientras mezclamos la masa. La masa debe ser suave pero no pegajosa.
Formamos pequeñas bolas de masa (tamaño pelota de ping pong) y las colocamos en una bandeja para hornear, dejando espacio entre ellas ya que se expandirán.
Horneamos las galletas durante aproximadamente 20 minutos o hasta que estén ligeramente doradas en los bordes.
Dejamos que las galletas se enfríen antes de espolvorearlas generosamente con azúcar glas. Ese color "nevado" es lo que más las caracteriza, así que a tope con el azúcar.
Más fáciles de hacer imposible.