Desde el día en que me dieron para degustar gambas con peta zetas, coulis de chocolate y gominolas (todo a la vez, una cosa sobre la otra) ya pensaba que si algo me volvía a sorprender como en aquella velada sería señal inequívoca de que el Apocalipsis se había iniciado. Bien, por muy increíble que parezca, el momento ha llegado.
La firma El Beato, localizada en Burgo de Osma (Soria), cuenta entre sus existencias los polvorreznos. Con aspecto de inocente polvorón - y de hecho lo son - encierra una sorpresa de torrezno que lejos de desentonar marida ambos sabores a la perfección.
No niego que cuando me ofrecieron uno lo mordí con cierta aprensión pero el contraste dulce-salado (en efecto, el torrezno no deja de ser salado) queda bien. En realidad, muy bien.
En una época en que los turrones con sabor a jamón serrano o las patatas chips con sabor a tortilla tratan de epatar con regular suerte, es de agradecer cierta innovación en lo tradicional que además funcione, para variar.
Con estos polvorones te puedes poner cerdo, nunca mejor dicho. Venden por Internet y supongo que también a pie de fábrica. Con un par.
También los distribuyen - para máximo recochineo - con sabor a chocolate y otras frivolités. Lo dicho, después de esto el Apocalipsis. Avisaos estáis...
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| Apocalipsis post polvorrezno |