INGREDIENTES (4 personas) :
- 2 placas de hojaldre
- 500 gramos de champiñones frescos
- 300 gramos de queso feta
- 1 huevo
- 1 cebolla grande
- Medio vaso de vino blanco
- 3 cucharadas de concentrado de tomate
- 2 dientes de ajo
- Orégano
- Sal
- Pimienta
- Perejil picado
- Aceite extra virgen de oliva
En una cazuela con una cucharada de aceite de oliva se fríen los champiñones bien lavados, muy poco salpimentados y cortados en láminas hasta que sueltan el agua. Se sacan de la sartén y se dejan escurrir en un colador sobre la misma sartén para que no queden aceitosos. Reservamos.
En ese mismo aceite se fríen la cebolla y los dientes de ajo bien picados (quitad el germen de los ajos para evitar que repitan).
Cuando la cebolla transparenta se añade el concentrado de tomate, el vino blanco, una cucharada de orégano picado y de nuevo muy poca sal y pimienta. Se mezcla bien y se deja hacer hasta que el líquido ha desaparecido.
Seguidamente añadimos la mayor parte de los champiñones, reservando algunos que luego utilizaremos para decorar por encima del hojaldre.
Para acabar el relleno añadimos el queso feta desmenuzado y sin líquido. La razón de que hayáis sazonado tan poco el relleno es que el queso feta es bastante salado. Si no queréis que esté fuerte, lo podéis lavar ligeramente con agua corriente.
En una base rectangular o redonda, según sea el hojaldre que tengáis, colocamos una de las placas. Si vais a servir hojaldre individuales, cortadla según número de comensales.
Sobre la base colocáis el relleno y cubrís con la otra placa de hojaldre. Cerráis los lados de los hojaldres.
Pintáis el hojaldre de encima, el que hace de tapa, con un huevo batido y sobre el mismo espolvoreáis champiñones fritos y queso feta.
Precalentáis el horno según indique el fabricante del hojaldre, pero generalmente serán 200 grados y 15-20 minutos de horneado.
El resultado es espectacular, tanto visualmente como por su sabor.