Estas son las galletas típicas de Navidad en Bélgica, Holanda, el área flamenca del norte de Francia y algunas regiones alemanas colindantes con estos países. Se trata de galletas especiadas a las que habitualmente se les da forma muy artísticas con la ayuda de moldes. Tanto es así, que no es raro que formen parte de la ornamentación de las casas o cuelguen del árbol de Navidad, sin que nadie se atreva después de un mes recogiendo el polvo de la casa a hincarles el diente. Como apenas contienen levadura - y además es química - apenas suben, por lo que los grabados se mantienen casi intactos.
Hay que ser muy mala persona para morder estas maravillas...es broma, no quedaría ni una si las tuviera a mano |
Como incorporan mantequilla en su realización, no pueden hacerse con excesiva antelación ya que cuanto más grasa contiene un alimento, más posibilidades de volverse rancio.
INGREDIENTES:
- 250 g de harina de trigo
- 150 g de mantequilla a temperatura ambiente
- 125 g de azúcar moreno
- 1 huevo
Especias*
- 1 cucharadita de canela en polvo
- 1/2 cucharadita de jengibre en polvo
- 1/4 cucharadita de nuez moscada
- 1/4 cucharadita de sal
- 1/4 cucharadita de levadura química (tipo Royal o similar)
* Las especias que tradicionalmente se suelen incluir son canela, nuez moscada, clavo, jengibre en polvo, cardamomo y pimienta blanca, algunas de ellas de forma casi testimonial. He optado por una versión simplificada que más o menos tiene el mismo sabor.
En un bol grande, mezclamos la mantequilla a punto pomada y el azúcar hasta obtener una mezcla suave y cremosa.
Agregamos el huevo y mezclamos bien.
En otro bol, tamizamos la harina, canela, jengibre, nuez moscada, sal y levadura química.
Incorporamos gradualmente los ingredientes secos a la mezcla de mantequilla y azúcar. Mezclamos hasta que todos los ingredientes estén bien combinados y se forme una masa homogénea.
Envolvemos la masa en film transparente y la refrigeramos durante al menos 1 hora. Esto facilitará la manipulación de la masa y que los sabores se asienten. Tradicionalmente este proceso duraba toda la noche pero con el tiempo indicado es más que suficiente.
Precalentamos el horno a 180 grados.
Forramos una bandeja para hornear con papel sulfurado.
Extendemos la masa sobre una superficie enharinada con la ayuda de un rodillo hasta obtener un grosor de aproximadamente 5 mm.
Utilizando cortadores de galletas vamos creando formas especiales o simplemente cortamos la masa en formas redondas con un vaso vuelto del revés (menos artístico pero más rápido).
Colocamos las galletas en la bandeja para hornear que hemos preparado con anterioridad y las mantenemos en el horno durante 10-12 minutos o hasta que los bordes estén ligeramente dorados.
Cuando esto ocurre, extraemos y dejamos que las galletas se enfríen en la bandeja durante unos minutos antes de transferirlas a una rejilla para que se enfríen por completo.
No hay nada mejor para acompañar el café o un buen chocolate caliente.