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Gajorros de Cabra


Los gajorros son un dulce muy típico de Cabra, en la provincia de Córdoba. Aunque son habituales en Semana Santa se preparan todo el año por varias razones. La primera, porque esperar todo un año para volverlos a degustar es como muy sacrificado y en segundo lugar porque los postres y dulces tradicionales van perdiendo la estacionalidad, ya sea por razones comerciales o porque los consumidores así lo quieren, de manera que no os extrañéis que algún día os sorprenda un anuncio de la Navidad en el mes de julio. Este año empezó el machaque justo después de Todos los Santos (1 Noviembre) así que dadle tiempo a la maquinaria publicitaria...

Los gajorros guardan similitud con otros dulces de la cuenca mediterránea, perteneciendo al de dulces de masas fritas que nos fueron legados por los romanos. Por si no lo sabéis, en la repostería española hay tres tipos de productos: los dulces fritos, los dulces de masa y los dulces de natas y cremas. Los fritos son de origen romano y los encontraréis en todos los lugares que formaron parte de su Imperio. Los mützen alemanes y los pestiños españoles son primos hermanos, por así decirlos. Los dulces de masas compuestas de azúcar, frutos secos o frutas son de origen árabe y entre otros encontramos los mazapanes, los arnadí etc. Los de natas y cremas son mucho más recientes y proceden de centroeuropa, sobretodo a partir de los siglos XVIII y XIX. 

INGREDIENTES 

  • 500 gramos de harina de trigo 
  • 150 gramos de azúcar
  • 3 huevos
  • Aceite de oliva virgen extra*
  • 1 cucharada de canela molida
  • La ralladura de la piel de un limón
  • Aceite para freír (puede ser de semillas, como girasol, canola o maíz, o mezcla al 50% con aceite de oliva)
  • Tubos de metal para frituras**

* El aceite de oliva a emplear es el mismo volumen que ocupan los huevos. Es decir, batimos los huevos y si ocupan medio vaso, pues misma cantidad de aceite. Como este aceite forma parte de la masa, debe ser virgen extra o virgen para una máxima calidad.

** Antiguamente se empleaban como moldes las cañas que aparecen a las orillas de los ríos. Actualmente se emplean tubos de acero inoxidable que se pueden encontrar en casi cualquier tienda de menaje para el hogar. Si no los encontráis como tubos para hacer gajorro (lógico que sea así) buscad tubos o moldes para cannoli, que son unos dulces sicilianos que se hacen de forma parecida.

En primer lugar se ha de templar el aceite  en el microondas durante 15 segundos, más o menos. Para ello introducimos la cantidad que corresponda según el volumen obtenido de los huevos. Al contacto debe notarse templado.

En un bol grande mezclar los huevos con el azúcar, la canela y la ralladura de limón y batimos con las varillas hasta formar una especie de crema. 

Añadimos entonces el aceite templado . Removemos de nuevo con las varillas y sin dejar de hacerlo vamos incorporando poco a poco la harina tamizada para que no se formen grumos. Se debe conseguir que la masa se despegue del bol y cuando tal cosa ocurra debemos dejar de agregar harina. Esto puede pasar antes de terminar de añadir el medio kilo, o necesitar un poco más, así que sed previsores.

Ahora vamos coger porciones de masa, del tamaño de una manzana pequeña, y le vamos a dar forma de cilindro alargado, como si fuera una cuerda larga. Para ello emplearemos un rodillo enharinado y la masa la trabajaremos también en una superficie cubierta de harina. Se puede hacer también rodando la bola directamente con las manos, como veáis.

La meta es esa, obtener una cuerda gruesa, de aproximadamente medio centímetro de grosor. La primera bola que hagáis es de prueba. La cuestión es ver si la "cuerda" es demasiado larga o corta para el tubo de metal que tengáis a disposición. Simplemente enrolláis la cuerda alrededor del tubo y cortáis el sobrante si lo hubiera.

Sumergís los tubos de metal en aceite abundante y muy caliente - al borde de humear - hasta que se doran. No os preocupéis. En cuanto estén fritos se desprenderán con facilidad. Eso sí, comprad varios tubos. O si no estaréis como 10 horas haciendo y deshaciendo gajorros.

Se comen tal cual, del tiempo o fríos, están igual de buenos.

Por cierto, si tenéis la oportunidad no dejéis de ir a Cabra. Aparte de ser un municipio precioso, cuenta con la llamada Sierra de Cabra que es alucinante. 

Otra anécdota de Cabra. El gentilicio de Cabra es egabrense, el cual procede del nombre romano que tenía la población en la antigüedad. En las Cortes de Franco se discutía un día sobre la posibilidad de retirar el Latín como asignatura de Bachillerata. El ministro de Educación era firme defensor de tal retirada puesto que, aducía, no tenía sentido estudiar una lengua muerta. Que no servía para nada. Uno de los diputados, enfadado, era firme defensor de continuar con la enseñanza del latín. En la tribuna, muy encendido que estaba el hombre, le espetó al ministro : "Pues mire, usted Sr Ministro es natural de Cabra. Pues el Latín sirve para que a usted le digan  egabrense y no ca...".

Collage de la ciudad de Cabra, Andalucía